Durante el acto de presentación de la Cátedra Externa de Bienestar Animal, su director, el Doctor José María Pérez Monguió ofreció uno de los discursos más interesantes. Muchos de vosotros/as nos habéis pedido que lo subamos a la web para poder revisarlo. Aquí lo tenéis.

 Sr. Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente
Sr. Rector Magnífico de la Universidad de Cádiz
Autoridades civiles y militares
Sres. Presidentes del Consejo General de Colegios Veterinarios de España y del Consejo Andaluz de Colegios Veterinarios.
Sr. Presidente de Ilustre Colegio de Veterinarios de Cádiz y demás presidentes hoy presentes.
Veterinarios y veterinarias.
Compañeros y compañeras.
Amigos y amigas

Según una leyenda india, el Dios Nagaicho creo el mundo. Primero colocó cuatro columnas para sostener el cielo en lo alto y separarlo de la tierra. Luego, se fue a pasear, e iba creando cosas para llenarlo. La leyenda especifica cómo hizo al hombre y a la mujer, cómo creo los ríos y cómo fue creando los animales, uno por uno, dotándolos de espíritu. Todos excepto el perro. En ninguna parte de la leyenda se muestra este detalle y es que Nagaicho cuando fue a pasear, ya llevaba el perro con él.

Con este breve recuerdo a la una leyenda de los indios norteamericanos se observa, se intuye el papel que han jugado los animales en el desarrollo de la distintas culturas y civilizaciones, despertado la atención, la admiración, el respeto y el miedo del ser humano desde sus comienzos
En este proceso, en unas civilizaciones más que otras, en unos momentos históricos más que en otros, en un exceso arrogante de antropocentrismo se les ha instrumentalizado y se los ha puesto al servicio exclusivo, sin medida, sin contemplación, sin moderación... de las necesidades y antojos humanos, empleando incluso justificaciones parciales y oportunistas de sesgo religioso.

La consideración social hacia los animales no puede entenderse aislada. Va vinculada inexorablemente, como una manifestación parcial, de la que se dispensa al medio ambiente.

Sin detenernos en la interesantísima evolución histórica de este proceso, podemos afirmar que en los años 60 del siglo pasado, inspirado en un movimiento de origen anglosajón, nacido en la Universidad, surge un replanteamiento de naturaleza filosófica de los principios que habían sustentado la relación del hombre con los animales en el mundo occidental.

Junto con la concepción clásica de la protección donde los animales son simplemente beneficiarios reflejos de las normas, empieza desarrollarse, pues siempre existió aunque fuese de forma embrionaria, una dimensión de la protección que complementa a la tradicional, que ha venido a denominarse bienestar animal.

Esta perspectiva, a la que la ciencia ha proporcionado elementos en los que sustentarse, pasa a considerar al animal como un ser sensible, único e irrepetible, con sus miedos, sus angustias, sus deseos, pese a que para ser justos ya Cicerón en el Libro III de tratado sobre la Republica manifestaba que: «No son hombres mediocres, sino grandes sabios, PITÁGORAS y EMPÉDOCLES, los que declaran que es una misma naturaleza la de todos los seres animados, y reclaman que se amenace con penas implacables a los que hagan daño a un animal, pues es un crimen dañar a un bruto» .
El sentido del bienestar animal es complejo, pero puede entenderse, en una primera aproximación, como concepto amplio que abarca todo un variado conjunto de actuaciones encaminadas a lograr la calidad de vida del animal. Y ésta no se va a medir con parámetros humanos pues no consiste en tratar a los animales como personas, sino en dispensarles un trato y unas condiciones de vida conforme a sus necesidades como una manifestación de los principios que los definen.
Ya se lo advirtió el lobo de gubia al santo de Asís, harto de las familiaridades que con él se tomaba el divino varón: "Hermano Francisco, no te acerques mucho..."».

Estas necesidades no se satisfacen simplemente con alimentación, limpieza o alojamiento sino que se requiere que todo ello vaya referido a sus biología y sus normas de comportamiento, que serán las que determinen el alcance de las mismas.
En el fondo se trata de garantizar a unos seres una vida, sus vidas, conforme a sus propias naturalezas, facilitándoles su desarrollo integral y natural a través de acciones concretas, con las salvedades propias del sector en el que nos hallemos pues como es razonable no es lo mismo la realidad de la ganadería, la compañía o la experimentación.

Estos principios del bienestar animal no deben conducirnos a posiciones extremas ya que caeríamos en situaciones absurdas. El sentido correcto del bienestar animal consiste en la búsqueda incesante del frágil equilibrio entre la función social desempeñada por los animales y sus naturalezas, tarea que requiere, en numerosos casos, un ejercicio delicado de ponderación de intereses.

La Unión Europea ha sido sensible y consciente de la necesidad de prestar atención a los animales que viven en cautiverio, por lo que ha fijado, generalmente a través de directivas, los pilares básicos que deben presidir la regulación de los distintos sectores en los que pueden ser clasificados en virtud de la función que desempeñan. Finalmente el Tratado de Lisboa contempla en un artículo la protección y el bienestar de los animales, alzando la materia al máximo nivel en Europa.

Sin embargo, este escenario que parece idílico no lo es y en ocasiones se ha instrumentalizado el bienestar animal para justificar algunas medidas como la prohibición de la importación de pieles de perros y gatos en Europa cuando realmente lo que se satisface con la norma es la protección de los intereses del sector de la piel artificial, pues la piel de un perro o un gato no es diferente a la de cualquier otro animal destinado a la peletería salvo por el precio.

Pero la pregunta que hay que realizarse es si nos sentimos identificados con el bienestar animal, si sentimos en un nuestro interior qué debemos mejorar el trato que les dispensamos, si somos sensibles al sufrimiento ajeno (que no tiene que ser como el nuestro)? ¿si estimamos qué el bienestar animal tiene una consecuencia directa en el bienestar humano? Es decir, ¿si es importante trabajar en términos de bienestar animal?

Por una parte les daré unas cifras:
Alrededor de dos mil millones de aves y trescientos millones de mamíferos se destinan a la cría anualmente en Europa
Se utilizan doce millones de animales con fines de experimentación.
La población de perros y gatos se estima en cerca de cien millones
Cifras de animales sacrificados en España en enero de 2013
AÑO 2013
Número de animales
Bovino mayor 95.607
Toros 47.117
Vacas 27.584
Novillas 20.906
Terneras 8.669
Bovino Joven 79.770
Porcino 4.091.761
Ovino total 681.750
Corderos 634.289
Caprino 86.937
Equino 5.769
Aves (1) 60.099
Conejos (1) 4.584

La actividad ganadera de la UE representa un valor anual de 149 000 millones de euros, mientras que el valor anual del uso de animales de experimentación se estima en 930 millones de euros.
Por otra parte, el bienestar animal:
a) Genera trabajo.
b) Favorece un desarrollo sostenible.
c) Propicia la existencia de animales menos estresados, que sirven mejor a la finalidad a la que se destinan. Y, por último contribuye al consumo responsable.

Ahora cada uno debe decidir qué motivo le convence para decir sí al avance del bienestar animal.

Pero la implementación de las medidas de bienestar animal cuesta y debe ser un esfuerzo a tres bandas: Administración para que los productores puedan afrontar las nuevas condiciones exigidas desde Europa, los productores y los consumidores.

En este contexto la puesta de largo de una Cátedra Externa en una Universidad es siempre una óptima noticia, y más en estos tiempos tormentosos, en un tiempo de oscuridad, donde parece que los que nos conducen no encuentran el interruptor para encender la luz.

Una Cátedra que nace para afrontar con rigor el estudio y propiciar un lugar para la reflexión del bienestar animal, desde una visión multidisciplinar, para ofrecer opciones y soluciones a los múltiples problemas y conflictos que plantea, donde los veterinarios juegan un papel nuclear, para servir más y mejor al progreso de la sociedad.

El propósito es ambicioso, y todos somos conscientes, pero como diría FRAY LUIS DE GRANADA: «Acuérdese que siempre han de ser mayores los propósitos y los deseos que las obras, y, por tanto, el propósito ha de ser éste, y la obra, llegue donde más pudiere»

No es casual que la primera Cátedra de bienestar animal haya surgido en Cádiz, pues les confesaré un secreto: la protección a animal en España nació en Cádiz con personas como Santiago DUPUY, cuando en 1875, en una circular dirigida a los Alcaldes se les incitaba a incluir en sus ordenanzas y bandos la protección animal y en su preámbulo manifestaba que: «Una de las cosas que mejor demuestran la bondad de carácter de los pueblos y sus buenas costumbres, es el cuidado de los animales"

Y mucho antes Lucius Junius Moderatus res rustica (42 d.c), COLUMELLA, que era de Cádiz, mostró siempre un interés por el bienestar físico y psíquico de los animales de abasto. Por ello en su obra Economía rural dedica un esfuerzo importante a los métodos recomendados para adiestrar los animales de trabajo, como asnos y bueyes, al igual que establece las pautas que se deben seguir con las hembras preñadas y con las crías.

Después Severiano Martínez Anido, que propició las primeras normas específicas sobre protección animal en 1929, no era de Cádiz pero seguramente era hijo adoptivo.

Mis últimas palabras Agradecimiento
A la Universidad por apoyar este proyecto.
Al ilustre Colegio de Veterinarios de Cádiz, representado por su presidente D. Federico Vilaplana Valverde, y a toda su Junta Directiva, por impulsar esta iniciativa.
A los dos anteriores conjuntamente, por pensar que era la persona adecuada para poner en el mar este barco.
A todos los miembros del Consejo Rector de la Cátedra, presidido por la Profa. Dra. Dña. Eva Garrido Pérez, por contribuir a hacer posible el proyecto.

Y todos los presentes y, a los ausentes que les hubiera gustado estar, por apoyar hoy esta idea que une a un Colegio profesional plagado de iniciativas y una Universidad receptiva a entablar vías de colaboración y cooperación con la sociedad.


Muchas gracias.