Queridos compañeros,

Ante todo, dar las gracias a la Organización Colegial Veterinaria Andaluza por el XVIII Congreso Andaluz de Veterinarios especialistas en animales de compañía realizado en Córdoba.

El programa como siempre elegido con mimo y con acierto, aunque, y aquí viene el sentido de esta carta, me ha preocupado el nivel de participación en según que temáticas, y sobre todo en una de ellas que es VITAL para nosotros-personas, para ellos-animales de compañía y de producción, y esencial para nuestra profesión, “Las Resistencias a los antibióticos, Pandemia Silenciosa”.

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Somos 8 mil millones de humanos, llenos de bacterias, al igual que nuestros animales de compañía.

Las bacterias han colonizado el planeta de forma NO PACÍFICA, como nos dice Bruno González-Zorn.

Gracias al descubrimiento de los ANTIBIÓTICOS, vacunas y la potabilización del agua, hemos sobrevivido a las enfermedades originadas por las bacterias. Pero llevamos 30 años sin descubrir nuevos antibióticos, y las “bacterias guerrilleras” han aprendido a modificar sus estructuras y adoptar estrategias contra los antibióticos, esas son la Bacterias Multirresistentes, el gran problema.

En nuestro país y en otros muchos más, los antibióticos en los alimentos de origen animal han dejado de usarse hace casi dos décadas, y tenemos conocimiento de ello a través de los Programas Nacionales de Investigación de Residuos, por lo que no podemos admitir que alguien diga “el pollo tiene antibióticos“.

Debemos saber que la asistencia a los “pacientes animales de compañía” mediante la prescripción de antibióticos cuando es necesario, debe ir precedida de pautas de prevención, ya que si se puede evitar el uso de antibióticos será mejor para el animal, mejor para el veterinario y mejor para los propietarios, y es más, mejor para el medioambiente que será el depósito, a través de la eliminación de restos de moléculas de antibióticos y bacterias resistentes que van a parar a las aguas superficiales.

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Como sabemos la adaptación de las bacterias a los antibióticos se transmite, es decir, el flujo de las bacterias entre los convivientes está perfectamente demostrado.  ¿Esto qué significa?, significa que las bacterias resistentes de nuestro animal de compañía son transferidas a sus propietarios.

¿Entendemos entonces la responsabilidad en Salud Pública que tiene el facultativo veterinario clínico?

¿Somos conscientes del papel esencial que tiene el veterinario clínico dentro del PRAN? 

Somos los responsables de comunicar a los dueños de nuestros pacientes la repercusión que tiene para todos, si ellos usan inadecuadamente el antibiótico. Y aún más, ¿los usamos bien nosotros? Pensemos cada uno cuál es nuestra responsabilidad para detener este grave problema que de no pararse nos llevará directos a la “era post-antibiótica“.

Ahora salvar vidas de un proceso con un origen infeccioso está en manos de todos, incluidas las vuestras.

En el futuro próximo y si no ponemos remedio, ya sabemos que en el 2050 moriremos por no tener un antibiótico efectivo debido a las resistencias creadas.

 

Cristina Velasco Bernal

Presidenta del I.C.O.V. de Cádiz