En los últimos años, ha emergido con fuerza en ciertos círculos sociales y académicos la denominación "familia multi especie", un término que pretende dar cabida a la convivencia y vínculo afectivo entre seres humanos y animales, sugiriendo que pueden compartir una misma estructura familiar. Si bien esta noción ha sido popularizada en algunos ámbitos, resulta crucial reflexionar sobre las implicaciones de esta denominación desde diversas perspectivas, especialmente desde un punto de vista humanístico, normativo y filosófico.
Diferenciación esencial de los seres humanos y los animales: cuerpo y alma.
En primer lugar, todos conocemos que la relación entre seres humanos y animales ha sido tema de reflexión desde tiempos inmemoriales.
Si bien los animales son seres con los que compartimos el planeta, nuestras capacidades cognitivas, emocionales y espirituales, nos otorgan una distinción incuestionable.
El ser humano, por su naturaleza racional y espiritual, posee una dignidad inherente que lo diferencia claramente de los animales. Según las tradiciones filosóficas y teológicas que han modelado el pensamiento occidental, la humanidad se define por su capacidad para razonar, su facultad de autoconocimiento y su vocación a la trascendencia. Además, el concepto de alma, que es central en muchas doctrinas éticas y religiosas, subraya la singularidad de los seres humanos frente al resto de las criaturas del mundo natural.
Los animales, por su parte, dignos de respeto y cuidados, no comparten la misma dimensión espiritual ni el mismo estatus moral que los seres humanos. Esto no niega su importancia ni su bienestar, pero sí destaca que la familia, como institución social y afectiva, tiene un significado que trasciende las relaciones inter especie. En este sentido, la Real Academia Española define "familia" como el conjunto de personas emparentadas entre sí, y el concepto de "especie" hace referencia a un grupo de seres vivos con características comunes, lo que refuerza la distinción entre humanos y animales en el marco familiar.
Análisis e implicaciones jurídicas del concepto de familia:
El concepto de 'familia multi especie' plantea desafíos significativos en el ámbito jurídico, donde se mantiene una distinción clara entre los derechos y responsabilidades de los seres humanos y los animales.
En términos legales, la familia se entiende como una estructura basada en relaciones humanas, reconocida y protegida por el ordenamiento jurídico tanto a nivel nacional como internacional.
En el derecho europeo, el artículo 13 del Tratado de Lisboa establece el bienestar animal como un principio que debe integrarse en las políticas de los estados miembros, pero no extiende derechos humanos o familiares a los animales.
De manera similar, la legislación española, a través del Código Civil y la Ley 7/2023, refuerza la consideración de los animales como seres sensibles, pero no como sujetos de derechos equivalentes a los de las personas. Esta distinción subraya que, aunque los animales son merecedores de respeto y cuidado, no participan en relaciones jurídicas como lo hace un miembro humano de una familia.
El artículo 39 de la Constitución Española establece que los poderes públicos deben garantizar la protección social, económica y jurídica de la familia, refiriéndose exclusivamente a las relaciones humanas. Al incluir a los animales en esta estructura de la familia, se corre el riesgo de diluir las responsabilidades específicas que definen las relaciones familiares como la filiación, el parentesco y los derechos hereditarios.
En el ámbito estatal, la Ley 7/2023 sobre Bienestar Animal regula salvaguardas para el bienestar animal sin equipararse en ningún momento a las personas en términos de capacidad jurídica. Esto no convierte a los animales en sujetos de derechos fundamentales ni en integrantes de estructuras legales humanas como la familia.
La Familia: Un pilar humano
La familia, como institución central en las sociedades humanas, ha sido entendida a lo largo de la historia como el espacio donde se desarrollan los valores humanos, las relaciones interpersonales y la transmisión de la cultura. Aunque las relaciones humanas con los animales han sido fuente de afecto y compañía, el concepto de "familia" implica, en su esencia, una interacción y un compromiso humano que no puede ser replicado en las mismas condiciones con otras especies. La familia no solo es un vínculo biológico, sino también un espacio de convivencia que exige capacidades cognitivas, afectivas y legales que los animales no poseen.
Desde una perspectiva humanística, el término "familia multi especie" diluye la especificidad de lo que implica la filiación humana y la naturaleza única del vínculo familiar. La relación afectiva que los seres humanos mantienen con los animales es valiosa y digna de respeto, pero no debe confundirse con la realidad de los vínculos humanos, que involucran dimensiones jurídicas, culturales y sociales complejas.
Conclusión:
La emergencia del concepto de "familia multi especie" invita a una reflexión profunda sobre las relaciones humanas y animales, así como sobre el significado de la familia.
Si bien los vínculos afectivos entre seres humanos y animales son valiosos y dignos de respeto, debemos evitar que conceptos que puedan diluir las diferencias esenciales entre las especies se conviertan en términos comunes en el discurso social y jurídico.
La familia, en su más auténtico sentido, sigue siendo una institución humana, que responde a realidades que solo los seres humanos pueden vivir y experimentar, y debe ser considerada dentro del marco normativo y filosófico que reconoce la dignidad y derechos específicos de las personas.
Usemos bien las palabras para no confundir más. Por ello creo que procede promover términos similares, más correctos, como 'hogar multi especie' en lugar de 'familia multi especie'. Esto podría evitar confusiones, y garantizar que las normas jurídicas sigan protegiendo de manera efectiva tanto a los animales como a las estructuras familiares humanas. Este término de hogar en vez de familia mantiene una clara separación entre el respeto hacia los animales y el reconocimiento de los derechos y deberes inherentes a la condición humana.
Respetar, querer y amar a los animales nos hace más humanos, pero humanizar a los animales a mi parecer nos hace más irracionales y a los animales más infelices.
Firmado a 20/11/24, Jesús Fernández Pascual (veterinario humanista).